Despacho de Vharriel
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Despacho de Vharriel
Mi despacho. Está situado en la penúltima planta e inmediatamente delante está mi laboratorio. Al lado, la biblioteca.
Pero la totalidad de la planta está prácticamente ocupada por el despacho y el laboratorio.
Según se entra por la puerta (llamad antes de entrar, por favor) lo primero que se ve es la mesa de estudio. Sobre ella suele estar algún libro de magia o pergaminos con alguna invención propia. Espero no encontrar a nadie con uno de ellos... en ese caso, tomaré las medidas necesarias.
A la derecha, la pared no es continua, de hunde un poco y luego vuelve a su dirección original. Ahí está mi cama. La uso... para dormir. Como decía, siguiendo la pared, están mis estanterías, como tres altas torres que llegan hasta el techo, llenas de libros, manuscritos, garabatos y cachibaches de los que alguno desconozco su utilidad.
A la izquierda de la mesa hay más estantes con más cachibaches. Y detrás de la mesa, la pared es curva, siguiendo la estructura de la torre, y muy ancha. Unos vantenales enormes adornan este muro, dando una impresión panorámica del paisaje.
Pero la totalidad de la planta está prácticamente ocupada por el despacho y el laboratorio.
Según se entra por la puerta (llamad antes de entrar, por favor) lo primero que se ve es la mesa de estudio. Sobre ella suele estar algún libro de magia o pergaminos con alguna invención propia. Espero no encontrar a nadie con uno de ellos... en ese caso, tomaré las medidas necesarias.
A la derecha, la pared no es continua, de hunde un poco y luego vuelve a su dirección original. Ahí está mi cama. La uso... para dormir. Como decía, siguiendo la pared, están mis estanterías, como tres altas torres que llegan hasta el techo, llenas de libros, manuscritos, garabatos y cachibaches de los que alguno desconozco su utilidad.
A la izquierda de la mesa hay más estantes con más cachibaches. Y detrás de la mesa, la pared es curva, siguiendo la estructura de la torre, y muy ancha. Unos vantenales enormes adornan este muro, dando una impresión panorámica del paisaje.
Re: Despacho de Vharriel
Y cómo era habitual en mí, entré sin llamar.
-Elfo -llamé sin más preámbulos, colocándome en el marco de la puerta, sin ganas de avanzar más, pero dejando claro que sí había entrado. Disimuladamente y ocultando mi cansancio, me pegué a la pared, adoptando un aire informal y bastante poco cuidado, después de todo, tampoco merecía la pena hacer algo mejor. Así que, simplemente, me limité a hacer lo que me apetecía.
Para variar un poco.
-Como dije antes, voy a apañármelas solo. No obstante... eso puede no favorecer a los demás, ya sabes... podría volverme un poco violento -comenté, sarcásticamente. Notaba mi mente medianamente embotada... era frustrante no tener la misma fluidez de palabra de siempre, pero... ¿Qué más daba? Como era habitual, me estaba mostrando igual de franco que siempre- Quiero marcharme, y vas a dejar que lo haga -tampoco me molesté en disimular el tono exhortativo de mi voz- pero no voy a marcharme solo. La otra licántropa también debería estar fuera de aquí -mi tono no admitía réplica, no obstante, iba a obtenerla, estaba seguro. Tampoco me importó demasiado. También sabía lidiar con mulas, sí, no habría problema.
-Elfo -llamé sin más preámbulos, colocándome en el marco de la puerta, sin ganas de avanzar más, pero dejando claro que sí había entrado. Disimuladamente y ocultando mi cansancio, me pegué a la pared, adoptando un aire informal y bastante poco cuidado, después de todo, tampoco merecía la pena hacer algo mejor. Así que, simplemente, me limité a hacer lo que me apetecía.
Para variar un poco.
-Como dije antes, voy a apañármelas solo. No obstante... eso puede no favorecer a los demás, ya sabes... podría volverme un poco violento -comenté, sarcásticamente. Notaba mi mente medianamente embotada... era frustrante no tener la misma fluidez de palabra de siempre, pero... ¿Qué más daba? Como era habitual, me estaba mostrando igual de franco que siempre- Quiero marcharme, y vas a dejar que lo haga -tampoco me molesté en disimular el tono exhortativo de mi voz- pero no voy a marcharme solo. La otra licántropa también debería estar fuera de aquí -mi tono no admitía réplica, no obstante, iba a obtenerla, estaba seguro. Tampoco me importó demasiado. También sabía lidiar con mulas, sí, no habría problema.
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
Abrí los ojos con la llamada de Abel. No estaba dormido, pero había un dolor de fondo de cabeza que me atormentaba y juraría que renía fiebre. Maldito estrés.
Sin levantarme, y con cierta lentitud, le contesté.
- Lo primero, tengo nombre.
Me senté sobre la cama y me levanté un poco abobado, pero me espabilé. Puf...
- Y lo segundo, tú no eres nadie para decidir quien se va y quien se queda. Ángela es libre de decidir si quiere quedarse aquí o si quiere irse. Todos son bienvenidos en la torre, y no se negará auxilio al que lo pida. Sí, es peligroso, pero ya conocemos el riesgo y sabemos prevenirlo. Por que, si aún no te has dado cuenta, la magia puede solucionar muchos problemas.
Sonreí, una idea perversa se me había venido a la cabeza y... sabía que le iba a molestar...
- A no ser que estés interesado en la perpetuidad de la especie...
Sin levantarme, y con cierta lentitud, le contesté.
- Lo primero, tengo nombre.
Me senté sobre la cama y me levanté un poco abobado, pero me espabilé. Puf...
- Y lo segundo, tú no eres nadie para decidir quien se va y quien se queda. Ángela es libre de decidir si quiere quedarse aquí o si quiere irse. Todos son bienvenidos en la torre, y no se negará auxilio al que lo pida. Sí, es peligroso, pero ya conocemos el riesgo y sabemos prevenirlo. Por que, si aún no te has dado cuenta, la magia puede solucionar muchos problemas.
Sonreí, una idea perversa se me había venido a la cabeza y... sabía que le iba a molestar...
- A no ser que estés interesado en la perpetuidad de la especie...
Re: Despacho de Vharriel
-Sí, lo supongo... hasta la gente como tú parece tener el derecho de ostentar algo así, no obstante... no haré el honor de usarlo, si me lo permites... o no -añadí, en un tono monocorde y un tanto indiferente, lo cierto que en aquellos momentos, ese tipo de cuestiones ya no me importaban ni un mísero comino. No, tenía la mente embotada, a punto de dejar de responderme, y tampoco me apetecía permitirme el lujo de desviar la atención para asuntos tan menores.
No obstane, en el siguiente instante, mis ojos se entrecerraron y mis pupilas se desplazaron hacia un lado, clavándose siniestramente en él. Mi mirada relució, desvelando, en aquel segundo, la oscura naturaleza que mi cuerpo escondía. Y para mi propia sorpresa, fui capaz de esbozar la más negra y sardónia media sonrisa, despegándome del marco y dando una vuelta sobre mí mismo, mostrándome tal y como era ante él.
-Oh, sí, la magia... sí, la magia... ya se vio lo bien que funcionó -dejé caer, como si de casualidad se tratase- ¿Qué ves ante tus ojos? Un joven, sí, un joven que dejó serlo realmente, supongo que me entiendes. Sí... sirvió de mucho tu... magia -hice especial hincapié en la palabra, sin molestarme en reprimirme a la hora de colocar el mayor desprecio posible en esas dos sílabas- ¿Y pretendes que confíe? Ey, Elfo, ¿Quién me dice que lo que sucedió hace unos días no podrá volver a suceder, eh? A costa de tu... oh, maravillosa magia... -callé un momento, mirándolo fijamente, repentinamente alertado por sus últimas palabras. Mis ojos se entrecerraron todavía más, convirtiéndose en dos finas y afiladas rendijas del más frío acero- ¿Se puede saber qué estás insinuando... Elfo?
No obstane, en el siguiente instante, mis ojos se entrecerraron y mis pupilas se desplazaron hacia un lado, clavándose siniestramente en él. Mi mirada relució, desvelando, en aquel segundo, la oscura naturaleza que mi cuerpo escondía. Y para mi propia sorpresa, fui capaz de esbozar la más negra y sardónia media sonrisa, despegándome del marco y dando una vuelta sobre mí mismo, mostrándome tal y como era ante él.
-Oh, sí, la magia... sí, la magia... ya se vio lo bien que funcionó -dejé caer, como si de casualidad se tratase- ¿Qué ves ante tus ojos? Un joven, sí, un joven que dejó serlo realmente, supongo que me entiendes. Sí... sirvió de mucho tu... magia -hice especial hincapié en la palabra, sin molestarme en reprimirme a la hora de colocar el mayor desprecio posible en esas dos sílabas- ¿Y pretendes que confíe? Ey, Elfo, ¿Quién me dice que lo que sucedió hace unos días no podrá volver a suceder, eh? A costa de tu... oh, maravillosa magia... -callé un momento, mirándolo fijamente, repentinamente alertado por sus últimas palabras. Mis ojos se entrecerraron todavía más, convirtiéndose en dos finas y afiladas rendijas del más frío acero- ¿Se puede saber qué estás insinuando... Elfo?
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
Bla bla bla... ¿de qué poema empalagoso había salido aquel crío? Si me dolía la cabeza, con tanta palabrería me la estaba poniendo como un bombo.
- ¿Qué ganas hablando del pasado? Del pasado se aprende, de los errores que se cometieron. Pero esas cosas se pueden solucionar ahora que sabemos cómo. Pero la decisión de marcharte es tuya y solo tuya. ¿Con qué derecho te crees que estás hablando? Ella puede quedarse siempre que quiera, asumiendo las consecuencias. Pero si tú eres el cobarde que no quiere asumir responsabilidades, vete, con el rabo entre la spiernas, lobo tristón.
Sonreí de medio lado.
- Oh, venga ya, Abel. ¿Tienes 15 años y no sabes a qué me refiero? Que no estás hecho de piedra...
- ¿Qué ganas hablando del pasado? Del pasado se aprende, de los errores que se cometieron. Pero esas cosas se pueden solucionar ahora que sabemos cómo. Pero la decisión de marcharte es tuya y solo tuya. ¿Con qué derecho te crees que estás hablando? Ella puede quedarse siempre que quiera, asumiendo las consecuencias. Pero si tú eres el cobarde que no quiere asumir responsabilidades, vete, con el rabo entre la spiernas, lobo tristón.
Sonreí de medio lado.
- Oh, venga ya, Abel. ¿Tienes 15 años y no sabes a qué me refiero? Que no estás hecho de piedra...
Re: Despacho de Vharriel
-¿Qué se gana hablando de promesas futuras que seguramente no puedan cumplirse? -repliqué, muy seguro de mí mismo, con la mirada bañada en una plata cada vez más reluciente, conforme mi animosidad iba creciendo- Aunque sí, tienes razón, del pasado se aprender. Y precisamente, de lo que ha pasado aquí, he calibrado unas posibilidades que permitan que eso no vuelva a pasar... -fruncí el ceño, cruzándome de brazos, y a punto de empezar a negar la cabeza de la exasperación- ¿Tan difícil es comprender que aquí, nosotros dos, ponemos en peligro a los demás alumnos? -pronuncié cada sílaba rechinando los dientes. Era tan evidente que me costaba no estamparle cada verdad en su cara, a ver si así el mundo se enteraba de lo que verdaderamente pasaba y dejábamos atrás esas ideologías de cuentos de hadas- Si he de marchar con "el rabo entre las piernas" como tú dices, lo haré, no lo dudes. Por muy... cobarde que eso te parezca. Después de todo, eso me da igual, haré lo que crea conveniente, y dejar a los demás con un licántropo menos es una prioridad mayor que la de, oh, "mantener firme mi orgullo y luchar al lado de mis amigos, que me ayudarán a costa de sus vidas, bla, bla, bla..." Cuentos, cuentos, y más cuentos. Los que pululan por esta torre hacen gala de un idealismo que en algún momento acabará por hacerles mucho daño, pero ese es su problema, yo, por el momento, no me voy a convertir en ese detonante que les haga entender que las cosas no son tan fáciles. No voy a mancharme las manos de sangre por tu culpa, Elfo. Ni voy a dejar que la sangre corra por culpa de esa -terminé, con la voz tensa, pero firme, implacable. No hacía falta que especificara quien era "esa"
Pero a continuación, volví a parpadear... dando un paso atrás, como ahuyentado por ese asco incipiente que logró subir hasta mi mirada.
-Enfermo -le espeté- Eres un enfermo y un imbécil -añadí, sin poder contenerme- Tsk... perpetuar la especie... era lo que me faltaba por oír.
Pero a continuación, volví a parpadear... dando un paso atrás, como ahuyentado por ese asco incipiente que logró subir hasta mi mirada.
-Enfermo -le espeté- Eres un enfermo y un imbécil -añadí, sin poder contenerme- Tsk... perpetuar la especie... era lo que me faltaba por oír.
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
- ¿Por qué... solo quieres ver... las cosas desde tu punto de vista?
Me costaba hablar. Aquel dolor de cabeza me haría desmayarme de un momento a otro. Joder, mira que resfriarme en ese momento...
- Sí, por supuesto que conozco el riesgo de mantener a Ángela aquí dentro. Sí, también reconozco que en parte es una insensatez. Pero yo solo estoy diciéndote que éso no lo decido yo, sino ella. Que el único papel que juego aquí es el de... ¿guía quizás? para aquellos que lo necesitan. Muchos están aprendiendo magia para buscar su salida. Otros se quieren quedar. ¿Y si Ángela quiere permanecer? ¿Vas a doblegar su voluntad, solo por lo que a tí te parece bien? ¿Y qué más te da la forma de pensar que tengan los otros? Si tienen que cambiar su forma de pensar, déjales que lo hagan. No se aprende a montar en bici antes de caerte un millón de veces.
Callé un momento. Cada palabra era como un martillazo directo en mi cerebro.
- Tu problema, Abel, es que para tí lo correcto es lo que Abel piensa. Crees que estás por encima de los demás, como si hubieras madurado. Déjate enseñar.
Respiré un poco cansado después del discursito y añadí, para finalizar:
- Vamos, dime que no lo has pensado... no es enfermedad, es...
Me costaba hablar. Aquel dolor de cabeza me haría desmayarme de un momento a otro. Joder, mira que resfriarme en ese momento...
- Sí, por supuesto que conozco el riesgo de mantener a Ángela aquí dentro. Sí, también reconozco que en parte es una insensatez. Pero yo solo estoy diciéndote que éso no lo decido yo, sino ella. Que el único papel que juego aquí es el de... ¿guía quizás? para aquellos que lo necesitan. Muchos están aprendiendo magia para buscar su salida. Otros se quieren quedar. ¿Y si Ángela quiere permanecer? ¿Vas a doblegar su voluntad, solo por lo que a tí te parece bien? ¿Y qué más te da la forma de pensar que tengan los otros? Si tienen que cambiar su forma de pensar, déjales que lo hagan. No se aprende a montar en bici antes de caerte un millón de veces.
Callé un momento. Cada palabra era como un martillazo directo en mi cerebro.
- Tu problema, Abel, es que para tí lo correcto es lo que Abel piensa. Crees que estás por encima de los demás, como si hubieras madurado. Déjate enseñar.
Respiré un poco cansado después del discursito y añadí, para finalizar:
- Vamos, dime que no lo has pensado... no es enfermedad, es...
Re: Despacho de Vharriel
-Mira, formas de pensar hay muchas, y nunca llueve a gusto de todos, ese es un hecho tan viejo como el mundo y que nunca cambiará... No obstante -no pude reprimirlo, un gesto de suficiente se apoderó de mi rostro-, más allá de la subjetividad, hay elementos objetivos que, los mires desde la postura que te dé la gana, no varían. Los... -me odié a muerte al darme cuenta de que tardé un segundo de más en pronunciar la palabra. No me molesté en carcomerme la conciencia en saber si el elfo se habría dado cuenta o no, sorprendentemente, me estaba dando cuenta de que las cosas empezaban a... ¿perder brillo? a mis ojos- licántropos somos un peligro. Independientemente del punto de miras, el peligro es malo. Lo malo ha de evitarse, sobre todo cuando hay gente encerrada aquí en CONTRA de su voluntad y que no puede luchar directamente contra esa... dañina circunstancia. Tú, ella... por no daros cuenta de ello, sois los más egoístas de la torre. Por permanecer en vuestras treces. En el momento en el que hay perjudicados, se debe pensar un poco más en el entorno, no en uno mismo. Sobre todo cuando... ella, más que nadie, debería ser consciente del suplicio que puede suponer para cualquiera cargar con algo como esto. Y sin embargo, campa tan libremente por ahí... La verdad... Tuvo suerte, mucha suerte... -mi puño derecho se cerró con fuerza- de haberme mordido a mí. Quizás... quizás si hubiese atacado a otra persona, a otra persona que no le convenía... me habría encargado personalmente de ella. Y no de un modo muy amable, me temo -susurré con la vista otra vez ida, casi sin entenderme ni a mí mismo, no obstante... pronto regresé a la realidad, taladrándolo con la mirada, y acercándome con un paso amenazante- No voy a dejarme enseñar... la experiencia me dice que "mejor malo conocido que bueno por conocer". A lo largo de los años empecé a darme cuenta de lo poco rentable que resulta fiarse... del mundo. Yo confío en mis ideas, confío en quien consiguió educarme para que las tuviera, y confío en los actos que realizaré a partir de dichas ideas, lo cual... no concuerda contigo. No confío en ti, no confío en tu ideología, del mismo modo que no confiaré en tus actos ni en tu supuesta eficacia. Así pues, sólo me queda confiar en lo que yo crea correcto -y mis pasos siguieron acercándose, llegando a un punto en el que casi me costaba resistirme al salvaje impulso de alzar mis manos y agarrarlo por el cuello de su túnica, historia de sacudirlo un poco- Ya te lo dije en una ocasión, idiota. Soy Abel Eliade, licántropo o no. No me trates como un mero animal, tengo algo más en la cabeza que instinto reproductor, maldito seas... -gruñí
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
- Y no te pido que confies en mi. Te digo que no eres nadie para ordenar a la ligera algo así. Y creo que vuelves a caer en el mismo error. No todos quieren quedarse, pero no están obligados a ello. Y lo saben, igual que tú. Pero te empeñas en mirarte al ombligo todo el día. ¿Experiencia? Tienes 15 años. ¿Crees que eso es experiencia de vida?
La cabeza me reventaba, quería acabar con aquello rápidamente.
- ¿O es que vamos a tener que espabilarte por las malas?
FdR: Muahahaha...
La cabeza me reventaba, quería acabar con aquello rápidamente.
- ¿O es que vamos a tener que espabilarte por las malas?
FdR: Muahahaha...
Re: Despacho de Vharriel
Irrumpí en los aposentos del elfo sin acordarme de llamar a la puerta. Hice caso omiso al ambiente tenso que se respiraba en ese lugar, e ignoré deliberadamente a Abel, sin duda el causante de aquella densa atmósfera.
Con lágrimas en los ojos, me dirigí con paso decidido hacia el Ore... el elfo. No parecía encontrarse bien, pero me daba igual. Lo único que importaba era Krailk.
-Vharriel... Ven por favor. A Krailk le pasa algo. No sé lo que es -sollocé-, pero se ha quedado inconsciente. Han pasado cosas muy raras en la habitación. Por favor, Vharriel, ve y ayúdale.
Sentí cómo todo se volvía aún más borroso, y giraba a mi alrededor. Me había mareado, pero conseguí mantenerme en pie. Miré a Vharriel con ojos suplicantes, y lancé una rápida mirada atrás, arrepintiéndome de haber dejado solo a Krailk.
Con lágrimas en los ojos, me dirigí con paso decidido hacia el Ore... el elfo. No parecía encontrarse bien, pero me daba igual. Lo único que importaba era Krailk.
-Vharriel... Ven por favor. A Krailk le pasa algo. No sé lo que es -sollocé-, pero se ha quedado inconsciente. Han pasado cosas muy raras en la habitación. Por favor, Vharriel, ve y ayúdale.
Sentí cómo todo se volvía aún más borroso, y giraba a mi alrededor. Me había mareado, pero conseguí mantenerme en pie. Miré a Vharriel con ojos suplicantes, y lancé una rápida mirada atrás, arrepintiéndome de haber dejado solo a Krailk.
Re: Despacho de Vharriel
Bueeeno, ¿qué tal or aquí? ¿A que no os importa que me acople sutilmente?
En realidad, tenía pensado asomarme a la balaustrada y respirar un poco de aire fresco, pero no pude resistir la tentación de acercarme al oír voces. Me asomé por la puerta del despacho de Vharriel, que era la primera vez que veía abierta. Allí estaban Vharriel, con mala cara, Abel, en tensión como siempre y Clare, visiblemente preocupada. Me sentí totalmente inoportuna.
-Esto...Lo siento, creo que interrumpo algo...
En realidad, tenía pensado asomarme a la balaustrada y respirar un poco de aire fresco, pero no pude resistir la tentación de acercarme al oír voces. Me asomé por la puerta del despacho de Vharriel, que era la primera vez que veía abierta. Allí estaban Vharriel, con mala cara, Abel, en tensión como siempre y Clare, visiblemente preocupada. Me sentí totalmente inoportuna.
-Esto...Lo siento, creo que interrumpo algo...
Valentine- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 21/12/2009
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Re: Despacho de Vharriel
Alcé la cabeza mirando a Val.
- No, no interrumpes nada ya...
Me llevé una mano a la cabeza. Dios santo, iba a estallar o algo. Era horrible...
- ¿Es que nos hemos vuelto todos locos hoy? - murmuré.
Cerré los ojos y tras pensarlo un segundo, volví a hablar.
- Abel, nuestra disputa tendrá que esperar. Krailk necesita ayuda y no se la voy a negar.
Me giré a Clare. Me había llamado Ore. Pero eso daba igual.
- ¿En la habitación, dices? Está bien, no perdamos más tiempo. Hasta luego, lobito.
Abracé a Clare y murmuré el hechizo de teletransportación. Las escaleras son para perder el tiempo.
FdR: Te veo por allí, Kyn ^^ Sabri, gomen, pero el deber de tutor me llama >.<
- No, no interrumpes nada ya...
Me llevé una mano a la cabeza. Dios santo, iba a estallar o algo. Era horrible...
- ¿Es que nos hemos vuelto todos locos hoy? - murmuré.
Cerré los ojos y tras pensarlo un segundo, volví a hablar.
- Abel, nuestra disputa tendrá que esperar. Krailk necesita ayuda y no se la voy a negar.
Me giré a Clare. Me había llamado Ore. Pero eso daba igual.
- ¿En la habitación, dices? Está bien, no perdamos más tiempo. Hasta luego, lobito.
Abracé a Clare y murmuré el hechizo de teletransportación. Las escaleras son para perder el tiempo.
FdR: Te veo por allí, Kyn ^^ Sabri, gomen, pero el deber de tutor me llama >.<
Re: Despacho de Vharriel
Veo cómo se van Vharriel y Clare sin decir nada. Krailk necesita ayuda, había dicho...Espero que no le pase nada grave. Miro a Abel en silencio, algo incómoda. No puedo evitar recordar aquel lobo blanco que nos había atacado noches atrás. Era incapaz de olvidar el miedo. Me paso una mano por el pelo, pensando algo que decir. Pero hoy no estoy inspirada.
-¿Por qué estabas discutiendo con Vharriel?
Di que sí, Val. Haces genial lo de meter las narices donde no te llaman.
-¿Por qué estabas discutiendo con Vharriel?
Di que sí, Val. Haces genial lo de meter las narices donde no te llaman.
Valentine- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Localización : In front of a plaque that reads: "Here lies Poor Old Jack"
Re: Despacho de Vharriel
Nah, no te preocupes, Nora ^^ Otra vez será ,____, xDDD
¿Espabilarme por las malas había dicho? ¿De verdad lo había dicho? Y lo cierto era que, sin llegar a sorprenderme, sentí mayor satisfacción que ofensa al escucharlo. Ah, por las malas, sí, sí... Mi puño se cerró con tanta fuerza que noté mis uñas hundirse dolorosamente en mi carne, y mis músculos se tensaron tanto que mi mano llegó a ponerse a temblar. Que se acercara, que sólo se atreviera, un mero milímetro... y más que defenderme, iba a saltar a la ofensiva, directamente, anticipándome a él, dejándome llevar por esa ira acumulada y que la luna llena tan sólo había azuzado todavía un poco más.
No obstante, y sin saber si para mi desgracia o fortuna, alguien llegó para interrumpir tan alegre estampa. Repentinamente impasible, me guardé las manos dentro de los bolsillo, aunque todavía tenso, observando las quejas de Clarisse sin medido interés. Cosas raras, decía... algo de un desmayo, también... He ahí las peligrosas consecuencias de las que llevaba advirtiendo a todo el mundo desde el principio. Claro que, cómo no, mis opiniones carentes de "experiencia" y al contrario, cargadas de egocentrismo anulaba al instante mis argumentos. Allá ellos, yo ya había dicho todo lo que tenía que decir, les había advertido todo cuanto podía, luego... cada uno hace lo que le da la gana. La libertad, hay que saber llevarla, porque luego... puede convertirse en la peor de las cadenas. Tsk.
No me molesté siquiera en despedirme, y les dejé ir, con expresión neutra, guardándome bajo llave esa furia que había conseguido subir hasta el hirviente acero de mi mirada.
Me quedé un buen rato en silencio, la verdad, pensativo, todavía echando mano de la parte teórica de las artes marciales para imponer cierto control a esa ira justificada y de la que no me olvidaría, no, no. Elfo tenía razón, ya arreglaríamos este detalle en otra ocasión. Todavía quedaba... tiempo antes de la próxima luna llena.
Cuando repentinamente, giro la cabeza, alertado por un sonido. Mi chispeante mirada acaba por posarse en Valentine... cuando cierro los ojos un momento, para luego volver a abrirlos. Ahora, ya muestran un aspecto menos... salvaje. Y repentinamente consciente de mi cansancio, no me molesté en disimular, me dejé caer sentado en el suelo, alzando la mirada al techo. Notaba un cierto aire incómodo en el ambiente.
Reprimí una media sonrisa. Instinto.
Posando mi nuca sobre la cama, me encogí de hombros.
-Me voy -añadí, con mi habitual sinceridad. La mentira siempre había sido algo que... me había revuelto el estómago de mala manera- Ah, y también de cómo le voy a partir la cara en estos días que vendrán...
¿Espabilarme por las malas había dicho? ¿De verdad lo había dicho? Y lo cierto era que, sin llegar a sorprenderme, sentí mayor satisfacción que ofensa al escucharlo. Ah, por las malas, sí, sí... Mi puño se cerró con tanta fuerza que noté mis uñas hundirse dolorosamente en mi carne, y mis músculos se tensaron tanto que mi mano llegó a ponerse a temblar. Que se acercara, que sólo se atreviera, un mero milímetro... y más que defenderme, iba a saltar a la ofensiva, directamente, anticipándome a él, dejándome llevar por esa ira acumulada y que la luna llena tan sólo había azuzado todavía un poco más.
No obstante, y sin saber si para mi desgracia o fortuna, alguien llegó para interrumpir tan alegre estampa. Repentinamente impasible, me guardé las manos dentro de los bolsillo, aunque todavía tenso, observando las quejas de Clarisse sin medido interés. Cosas raras, decía... algo de un desmayo, también... He ahí las peligrosas consecuencias de las que llevaba advirtiendo a todo el mundo desde el principio. Claro que, cómo no, mis opiniones carentes de "experiencia" y al contrario, cargadas de egocentrismo anulaba al instante mis argumentos. Allá ellos, yo ya había dicho todo lo que tenía que decir, les había advertido todo cuanto podía, luego... cada uno hace lo que le da la gana. La libertad, hay que saber llevarla, porque luego... puede convertirse en la peor de las cadenas. Tsk.
No me molesté siquiera en despedirme, y les dejé ir, con expresión neutra, guardándome bajo llave esa furia que había conseguido subir hasta el hirviente acero de mi mirada.
Me quedé un buen rato en silencio, la verdad, pensativo, todavía echando mano de la parte teórica de las artes marciales para imponer cierto control a esa ira justificada y de la que no me olvidaría, no, no. Elfo tenía razón, ya arreglaríamos este detalle en otra ocasión. Todavía quedaba... tiempo antes de la próxima luna llena.
Cuando repentinamente, giro la cabeza, alertado por un sonido. Mi chispeante mirada acaba por posarse en Valentine... cuando cierro los ojos un momento, para luego volver a abrirlos. Ahora, ya muestran un aspecto menos... salvaje. Y repentinamente consciente de mi cansancio, no me molesté en disimular, me dejé caer sentado en el suelo, alzando la mirada al techo. Notaba un cierto aire incómodo en el ambiente.
Reprimí una media sonrisa. Instinto.
Posando mi nuca sobre la cama, me encogí de hombros.
-Me voy -añadí, con mi habitual sinceridad. La mentira siempre había sido algo que... me había revuelto el estómago de mala manera- Ah, y también de cómo le voy a partir la cara en estos días que vendrán...
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
Le miro fijamente. Parece...cansado. No me extraña.
Cuando me responde, no puedo evitar abrir mucho los ojos, sorprendida. Me agacho junto a él y, tras un titubeo, apoyo una mano en su hombro, tratando de transmitir algún apoyo. Aunque tal vez se lo tome mal, teniendo en cuenta lo especialito que es.
-Lo de partirle la cara al orejudo lo entiendo perfectamente...Pero...-me interrumpé bruscamente. Iba a preguntar que por qué pensaba irse, pero habría sido una pregunta obvia. Estaba claro. No, no era eso lo que quería decir.-...no tienes por qué irte, Abel. Es tu decisión, y lo respeto, pero podemos solucionar tu...problema...aquí. No sirve de nada luchar solo.
Mientras hablaba, no podía evitar recordar los efectos de la luna llena sobre el joven. Una parte de mí gritaba que no le impidiese ir, que era un peligro, que echase a correr y me alejase de él. Pero no podía, habría sido injusto. Él no tenía la culpa. Así que apreté las mandíbulas y me quedé a su lado.
Cuando me responde, no puedo evitar abrir mucho los ojos, sorprendida. Me agacho junto a él y, tras un titubeo, apoyo una mano en su hombro, tratando de transmitir algún apoyo. Aunque tal vez se lo tome mal, teniendo en cuenta lo especialito que es.
-Lo de partirle la cara al orejudo lo entiendo perfectamente...Pero...-me interrumpé bruscamente. Iba a preguntar que por qué pensaba irse, pero habría sido una pregunta obvia. Estaba claro. No, no era eso lo que quería decir.-...no tienes por qué irte, Abel. Es tu decisión, y lo respeto, pero podemos solucionar tu...problema...aquí. No sirve de nada luchar solo.
Mientras hablaba, no podía evitar recordar los efectos de la luna llena sobre el joven. Una parte de mí gritaba que no le impidiese ir, que era un peligro, que echase a correr y me alejase de él. Pero no podía, habría sido injusto. Él no tenía la culpa. Así que apreté las mandíbulas y me quedé a su lado.
Valentine- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Localización : In front of a plaque that reads: "Here lies Poor Old Jack"
Re: Despacho de Vharriel
Mis ojos se bajan del techo para descender sin prisa, hasta volver a posar mi calmada vista en Val. Sin embargo, al instante, mis ojos se estrecharon un poco más, repentinamente alertado por el acercamiento de ella. Pero me mantuve en mi sitio, impasible, ignorando mi instinto y haciendo gala de un rostro estoico tras su aparente suficiencia. Así pues, a parte de mi breve parpadeo, no ejecuté ningún otro tipo de respuesta, a parte claro, de dignarme en escucharla.
Guardé silencio unos instantes, y tras oír lo que tenía que decir, no lo pude evitar, esbocé una media sonrisa cargada de sorna.
-Sin ánimo de ofenderte, no podéis hacer nada. Ni por evitar que... me transforme -la maldita vacilación volvió a sacudir mi voz. Otra vez, fue un gesto a penas perceptible, algo que seguramente sólo yo notase, pero... Mi interior se convulsionó de ira. Gracias a Dios, conseguí disimularlo cerrando los ojos y aumentando mi sonrisa que poco tenía de alegre- ni por evitar que os haga algo a vosotros. Así que, como yo tampoco puedo evitar ninguna de las dos cosas, de momento -reforcé especialmente esas dos últimas palabras, con una seguridad férrea, que no admitiría otra realidad que la victoria sobre mi licantropía-, voy a hacer gala de la poca sensatez que flota en esta maldita torre. Tsk... -y en mi sonrisa, casi pareció aparecer una chispa de simpática burla- sois unos temerarios idealistas, me mantengo. Por lo cual, en vista de que nadie hace nada inteligente, tendré que encargarme, sino... tendríais todavía más posibilidades de terminar muertos -añadí, repentinamente siniestro. Y de pronto callé, desviando la vista a un lado... mis ojos volvían a chispear con furiosa determinación- Sí, esta lucha es mía, y tan sólo puedo confiar en mí mismo para librarla... -y volví a callar por enésima vez aunque... Repentinamente escéptico, enarqué una ceja.
-¿Y tú? ¿Qué has venido a hacer aquí exactamente? -pregunté.
Guardé silencio unos instantes, y tras oír lo que tenía que decir, no lo pude evitar, esbocé una media sonrisa cargada de sorna.
-Sin ánimo de ofenderte, no podéis hacer nada. Ni por evitar que... me transforme -la maldita vacilación volvió a sacudir mi voz. Otra vez, fue un gesto a penas perceptible, algo que seguramente sólo yo notase, pero... Mi interior se convulsionó de ira. Gracias a Dios, conseguí disimularlo cerrando los ojos y aumentando mi sonrisa que poco tenía de alegre- ni por evitar que os haga algo a vosotros. Así que, como yo tampoco puedo evitar ninguna de las dos cosas, de momento -reforcé especialmente esas dos últimas palabras, con una seguridad férrea, que no admitiría otra realidad que la victoria sobre mi licantropía-, voy a hacer gala de la poca sensatez que flota en esta maldita torre. Tsk... -y en mi sonrisa, casi pareció aparecer una chispa de simpática burla- sois unos temerarios idealistas, me mantengo. Por lo cual, en vista de que nadie hace nada inteligente, tendré que encargarme, sino... tendríais todavía más posibilidades de terminar muertos -añadí, repentinamente siniestro. Y de pronto callé, desviando la vista a un lado... mis ojos volvían a chispear con furiosa determinación- Sí, esta lucha es mía, y tan sólo puedo confiar en mí mismo para librarla... -y volví a callar por enésima vez aunque... Repentinamente escéptico, enarqué una ceja.
-¿Y tú? ¿Qué has venido a hacer aquí exactamente? -pregunté.
Abel Eliade- Mensajes : 38
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Re: Despacho de Vharriel
Tragué saliva lentamente. La sonrisa de Abel me había puesto los pelos de punta. Además, me había parecido que su voz...Bah, serían imaginaciones mías. Con un resoplido ante sus palabras, me coloqué frente a él, obligándole a mirarme a los ojos.
-No es cierto, Abel. Tiene que haber algo que la magia pueda hacer por ti. Dormirte, atarte, lo que sea. Por una vez en tu vida, confía en los demás y acepta la ayuda. No sólo puedes confiar en ti. Tienes una torre llena de gente a la que le importas. Tal vez unos idealistas, pero sin ideales, sin esperanzas, no se puede vivir.
-¿Qué has venido a hacer aquí?, me había preguntado.
Una rápida sombra de tristeza cruzó mis ojos, pero la hice desaparecer rápidamente. No pensaba permitir que nadie supiera lo que había pasado allí abajo. Paretando los puños, me colocó de nuevo a su lado, apoyando la espalda sobre la cama del elfo y desviando la mirada.
-Nada, pensaba tomar un poco el aire, y os he oído y, bueno, aquí estoy.
-No es cierto, Abel. Tiene que haber algo que la magia pueda hacer por ti. Dormirte, atarte, lo que sea. Por una vez en tu vida, confía en los demás y acepta la ayuda. No sólo puedes confiar en ti. Tienes una torre llena de gente a la que le importas. Tal vez unos idealistas, pero sin ideales, sin esperanzas, no se puede vivir.
-¿Qué has venido a hacer aquí?, me había preguntado.
Una rápida sombra de tristeza cruzó mis ojos, pero la hice desaparecer rápidamente. No pensaba permitir que nadie supiera lo que había pasado allí abajo. Paretando los puños, me colocó de nuevo a su lado, apoyando la espalda sobre la cama del elfo y desviando la mirada.
-Nada, pensaba tomar un poco el aire, y os he oído y, bueno, aquí estoy.
Valentine- Mensajes : 35
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Re: Despacho de Vharriel
-Hummff... -fue lo único que murmuré durante unos instantes, volviendo a colocar la vista en el techo una vez ella misma se colocó a mi lado. No tenía demasiada prisa por hablar, simplemente, me tomaba mi tiempo, sin molestarme en apurarme... descansando a mi manera- Puede que en algo tengas razón, está bien perseguir los ideales de uno. Es... algo que me parece muy respetable, no obstante... y gracias a Dios, existe gente que tiene unos ideales que permiten la ostentación de cierta sensatez. No, lo siento. Soy Abel Eliade, y actuaré Abel Eliade, por lo tanto... no permitiré que ningún otro ente me obligue a asesinar a alguno de vosotros. Si os confío... mi tutela, por así decirlo, estoy seguro de que, tarde o temprano, alguien acabaría pagando malamente las consecuencias. Lo mataría, o lo que es peor, lo contagiaría -de la nada, y en cuanto me paré a hablar directamente de mi licantropía, mi voz adquirió un matiz... un tanto desapasionado, carente de emoción- y eso, mi... verdadero yo, nunca lo haría. Por lo cual, como puedes comprender, no puedo... no puedo confiaros mi identidad, ni las responsabilidades que yo mismo he de cargar. Pero en fin... -y aunque parecía que iba a añadir algo más... mi boca se selló, y lo cierto es que tardó algo bastante en abrirse- supongo que, ¿gracias por el ofrecimiento? ¿Se dice así? -comenté, sin disimular mi ironía, pero diciéndolo por algo.
Enarqué una ceja cuando fue su respuesta la que recibí. En un momento dado, me pareció percibir algo... más allá de sus palabras. El instinto ayudaba. No obstante, decidí no preguntar. No era asunto mío, y no me interesaba demasiado meter las narices en asuntos en los que yo no pintaba absolutamente nada.
-Ajá, tomar el aire, entiendo, es algo muy comprensible... el ambiente de esta torre es un infierno... Tsk... yo sí que necesitaba aire. Sí, andar a mi aire... -gruñí, repentinamente irritado por mis circunstancias
Enarqué una ceja cuando fue su respuesta la que recibí. En un momento dado, me pareció percibir algo... más allá de sus palabras. El instinto ayudaba. No obstante, decidí no preguntar. No era asunto mío, y no me interesaba demasiado meter las narices en asuntos en los que yo no pintaba absolutamente nada.
-Ajá, tomar el aire, entiendo, es algo muy comprensible... el ambiente de esta torre es un infierno... Tsk... yo sí que necesitaba aire. Sí, andar a mi aire... -gruñí, repentinamente irritado por mis circunstancias
Abel Eliade- Mensajes : 38
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Re: Despacho de Vharriel
Solté un suspiro de resignación.
-Nada de lo que diga te va a hacer cambiar de opinión, ¿verdad?-sacudí ligeramente la cabeza.-Allá tú. Pero si insistes en no guardar esperanzas, en no confiar en nada, en ver el vaso medio vacío...Entonces es cuando no vas a poder controlarlo. A veces...a veces está bien dejar de ser un poco uno mismo, ¿no crees?
Me callo durante unos instantes. Sinceramente, no quiero que Abel se vaya. A veces es realmente insoportable, pero le tenía cierto aprecio. Además, era uno de esos escasos reductos que quedaban de la vida antes de la Torre.
-Sí, un infierno...Eso lo describe bastante bien. Creo que preferiría el humo de la ciudad.
Se hace un pesado silencio. Después me oigo decir, como si fuera otra persona:
-Abel...¿Alguna vez has...renunciado a algo sabiendo que eso te haría feliz?
-Nada de lo que diga te va a hacer cambiar de opinión, ¿verdad?-sacudí ligeramente la cabeza.-Allá tú. Pero si insistes en no guardar esperanzas, en no confiar en nada, en ver el vaso medio vacío...Entonces es cuando no vas a poder controlarlo. A veces...a veces está bien dejar de ser un poco uno mismo, ¿no crees?
Me callo durante unos instantes. Sinceramente, no quiero que Abel se vaya. A veces es realmente insoportable, pero le tenía cierto aprecio. Además, era uno de esos escasos reductos que quedaban de la vida antes de la Torre.
-Sí, un infierno...Eso lo describe bastante bien. Creo que preferiría el humo de la ciudad.
Se hace un pesado silencio. Después me oigo decir, como si fuera otra persona:
-Abel...¿Alguna vez has...renunciado a algo sabiendo que eso te haría feliz?
Valentine- Mensajes : 35
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Re: Despacho de Vharriel
-No, lo siento -esta vez le añadí mayor firmeza a mis palabras- Lo que nunca podré hacer, lo que jamás me perdonaría... Sería dejar de ser yo mismo. Porque eso no tiene sentido, porque sería traicionarme a mí mismo y a... a... Tsk. No puedo hacerlo -no obstante, al final, terminé por suspirar, relajando mis músculos y destensando mis ideas- De todos modos, por ser yo, y por nunca dejar de serlo... tengo la certeza, que no esperanza, de que voy a salir de esta -añadí, muy seguro de mí mismo-. No voy a permitir que me controlen, ni a la luna, por muy grande y hermosa que sea crea. Ni a nadie, realmente... -el silencio volvió a instalarse, y ni siquiera me molesté en asentir cuando comentó aquello de la ciudad. Resultaba obvio. Para mí, un aire contaminado era mejor que un aire sintético, encarcelado... como aquel que se respiraba en esta torre.
No obstante, enarqué levemente una ceja ante su pregunta. Mis ojos se desviaron hacia un lado para observarla un breve segundo... aunque pensativos, volvieron a alzarse al cielo. O bueno, al techo.
-Renunciar en sí, ya conlleva un sacrificio a la persona que lo hace. El sacrificio es doloroso. El dolor va en contra de la felicidad. Así que... -tardé un poco en decirlo, pero finalmente, con aparente indiferencia, asentí- Sí, he tenido que renunciar a algunas cosas que podrían haberme facilitado o alegrado la vida, quizás. Pero... todo lo que escogí o abandoné... todo lo hice según lo que yo creía correcto -callé, y esta vez sí... quizás hubiera hablado de más. Con un mero "sí" habría bastado, supongo- ¿Por qué? -pregunté sin tapujos.
No obstante, enarqué levemente una ceja ante su pregunta. Mis ojos se desviaron hacia un lado para observarla un breve segundo... aunque pensativos, volvieron a alzarse al cielo. O bueno, al techo.
-Renunciar en sí, ya conlleva un sacrificio a la persona que lo hace. El sacrificio es doloroso. El dolor va en contra de la felicidad. Así que... -tardé un poco en decirlo, pero finalmente, con aparente indiferencia, asentí- Sí, he tenido que renunciar a algunas cosas que podrían haberme facilitado o alegrado la vida, quizás. Pero... todo lo que escogí o abandoné... todo lo hice según lo que yo creía correcto -callé, y esta vez sí... quizás hubiera hablado de más. Con un mero "sí" habría bastado, supongo- ¿Por qué? -pregunté sin tapujos.
Abel Eliade- Mensajes : 38
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Re: Despacho de Vharriel
-Espero que, por lo menos, nos hagas una visita de vez en cuando-esbozo una media sonrisa, tratando de relajar el ambiente, pero se extingue rápidamente.
¿Por qué he tenido que preguntar eso? No venía a cuento. Eres completamente idiota, Val.
Escucho su respuesta atentamente. Sabias palabras. Según lo que él creía correcto...¿Era lo que había hecho yo? Dudo si responder sinceramente a su pregunta.
-Por nada, es que...no importa, no tienes por qué aguantar mis problemas.
Ya tenía bastante con lo suyo como para encima hacer de mi confesor.
¿Por qué he tenido que preguntar eso? No venía a cuento. Eres completamente idiota, Val.
Escucho su respuesta atentamente. Sabias palabras. Según lo que él creía correcto...¿Era lo que había hecho yo? Dudo si responder sinceramente a su pregunta.
-Por nada, es que...no importa, no tienes por qué aguantar mis problemas.
Ya tenía bastante con lo suyo como para encima hacer de mi confesor.
Valentine- Mensajes : 35
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Re: Despacho de Vharriel
-Ja. ¿Volver a este sitio? Ni loco -repliqué con una sonrisa que se perfilaba con la sombra de una pizca de sorna-. En tal caso, en el momento que me sintiera capaz de manejarme para volver, descuida, alertaría a las autoridades o explotaría la torre. No te preocupes, intentaría sacaros a todos. Intentaría -insistí, en una broma un tanto siniestra, y que mantuve sin el menor problema. Y entonces, enarqué ambas cejas, un tanto escéptico.
-Ajá, así que problemas... -al final, ella misma había acabado por poner las cartas sobre la mesa. Cerré los ojos, y mi sonrisa decreció para adquirir un aire más sereno- Tssss... Ya. Lo dice alguien que necesita ser escuchado -repliqué, con un encogimiendo de hombros- No creas que tus problemas van a influir directamente en mí, si eso te preocupa. Si necesitas hablar, habla. Estás en tu derecho -me limité a decir-. Con un poco de suerte... hasta podrías conseguir que te escuche -añadí medio a broma, medio en serio, recuperando la cierta chispa burlona que tanto caracterizaba a Abel Eliade.
-Ajá, así que problemas... -al final, ella misma había acabado por poner las cartas sobre la mesa. Cerré los ojos, y mi sonrisa decreció para adquirir un aire más sereno- Tssss... Ya. Lo dice alguien que necesita ser escuchado -repliqué, con un encogimiendo de hombros- No creas que tus problemas van a influir directamente en mí, si eso te preocupa. Si necesitas hablar, habla. Estás en tu derecho -me limité a decir-. Con un poco de suerte... hasta podrías conseguir que te escuche -añadí medio a broma, medio en serio, recuperando la cierta chispa burlona que tanto caracterizaba a Abel Eliade.
Abel Eliade- Mensajes : 38
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Re: Despacho de Vharriel
-En ese caso, avísame y te ayudo a colocar la dinamita.
Sonrío ligeramente, pero mi gesto rápidamente se extingue. Dudo si responder a su pregunta o no. Pero tiene razón, necesito hablar con alguien. Nunca pensé que ese alguien fuese a ser precisamente Abel, pero en fin...
-Se podría decir que...Quiero a una persona, y esa persona dice que me quiere, pero no me lo consigo creer. Y mi sentido común, basándose en mi experiencia, dice que le ignore, pero, bueno, mi corazón no está muy de acuerdo.
Dicho así, no parece gran cosa. Algo totalmente insignificante. Pero a mí me duele, a mí si que me importa. Ni siquiera sé si él me ha escuchado, aunque lo dudo. Casi mejor.
Sonrío ligeramente, pero mi gesto rápidamente se extingue. Dudo si responder a su pregunta o no. Pero tiene razón, necesito hablar con alguien. Nunca pensé que ese alguien fuese a ser precisamente Abel, pero en fin...
-Se podría decir que...Quiero a una persona, y esa persona dice que me quiere, pero no me lo consigo creer. Y mi sentido común, basándose en mi experiencia, dice que le ignore, pero, bueno, mi corazón no está muy de acuerdo.
Dicho así, no parece gran cosa. Algo totalmente insignificante. Pero a mí me duele, a mí si que me importa. Ni siquiera sé si él me ha escuchado, aunque lo dudo. Casi mejor.
Valentine- Mensajes : 35
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Re: Despacho de Vharriel
Asiento casi imperceptiblemente a su ofrecimiento, mientras, casi inconscientemente, me acomodo un poco mejor a la cama de Vharriel, dejando que mi cabeza se apoyase un poco mejor contra el colchón. Me crucé de brazos, aparentemente, para ponerme un poco más cómodo. Lo cierto era que el frío empezaba a arañar dulcemente mi piel. Pero tampoco le concedí demasiada importancia.
Y ya habiendo encajado mi cuerpo en una postura aceptable, cerré los ojos y dejé que sus palabras entraran por mi oreja. Tardé dos milésimas de segundo en permitir que estas también se colaran en el interior de mi razonamiento. Lo cierto es que no me hizo falta pensar demasiado para darle una respuesta. Tan fácil fue, que por un momento, tuve la pícara y severa tentación de que adivinara lo correcto por sí misma, no obstante...
-Tsk -me escapó solo-. Olvídate de experiencia. Cada persona es un mundo, por lo cual, cada relación puede considerarse como un mundo aparte, igualmente. Por lo cual, el resultado de cada relación depende de como sean ambos componentes de la dicha, ¿no? Supongo que a las tías no les suelen molar los tíos que llevan impreso en la frente "voy a hacerte daño". No, os enamoráis de un tierno príncipe azul... bueno, en fin... que queréis a alguien que os hace sentir bien... que os hace Bien. Así pues, todo se resume a... la confianza que le tengas. A ese tío, y a tu propio sentimiento. La confianza que tengas en que no te hará mal. La confianza que tengas en ese "querer" que te hace suspirar por un tío de bien -concluí con un suspiro... proseguido de un prolongado bostezo.
Y ya habiendo encajado mi cuerpo en una postura aceptable, cerré los ojos y dejé que sus palabras entraran por mi oreja. Tardé dos milésimas de segundo en permitir que estas también se colaran en el interior de mi razonamiento. Lo cierto es que no me hizo falta pensar demasiado para darle una respuesta. Tan fácil fue, que por un momento, tuve la pícara y severa tentación de que adivinara lo correcto por sí misma, no obstante...
-Tsk -me escapó solo-. Olvídate de experiencia. Cada persona es un mundo, por lo cual, cada relación puede considerarse como un mundo aparte, igualmente. Por lo cual, el resultado de cada relación depende de como sean ambos componentes de la dicha, ¿no? Supongo que a las tías no les suelen molar los tíos que llevan impreso en la frente "voy a hacerte daño". No, os enamoráis de un tierno príncipe azul... bueno, en fin... que queréis a alguien que os hace sentir bien... que os hace Bien. Así pues, todo se resume a... la confianza que le tengas. A ese tío, y a tu propio sentimiento. La confianza que tengas en que no te hará mal. La confianza que tengas en ese "querer" que te hace suspirar por un tío de bien -concluí con un suspiro... proseguido de un prolongado bostezo.
Abel Eliade- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Localización : Anger City
Re: Despacho de Vharriel
Bajé a mi despacho por las escaleras. El dolor de cabeza era cada vez más agudo y cada minuto que pasaba me daba la sensación de que más me afectaba.
Me paré un momento frente a una ventana y respiré hondo. Intenté desprenderme de mis pensamientos y pareció funcionar. Me dolía menos.
Pero esa sensación de paz se fue casi de inmediato al entrar en mi despacho, ya que allí estaba Abel.
Me paré un momento frente a una ventana y respiré hondo. Intenté desprenderme de mis pensamientos y pareció funcionar. Me dolía menos.
Pero esa sensación de paz se fue casi de inmediato al entrar en mi despacho, ya que allí estaba Abel.
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